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domingo, 1 de junio de 2014
Nada nuevo bajo el sol, o de como el viejo Bradbury la vio antes que nadie
1953 fue un buen año para la cosecha de libros allá en el norte. Ray Bradbury publicaba la gran novela distópica Fahrenheit 451. Y ese mismo año, durante una caminata por Beverly Hills el autor tuvo una experiencia inesperada y visionaria, que considerando el estilo de los tiempos que corren, confima que no hay nada nuevo bajo el sol. Esto es lo que nos cuenta Ray. No hace falta que yo haga ningún comentario, su relato lo dice todo.
"Mientras escribía Fahrenheit 451, pensé que estaba hablando de un mundo que aparecería dentro de cuatro o cinco décadas. Pero hace solo cuatro semanas, una noche en Beverly Hills, un hombre y una mujer se cruzaron conmigo, paseando un perro. Me quedé mirándolos, absolutamente estupefacto. La mujer llevaba en la mano un aparato de radio del tamaño de un paquete de cigarrillos, con una antena que temblaba en el aire. Unos alambrecitos de cobre salían del aparato y terminaban en un conito que la mujer llevaba en la oreja derecha. Allí iba ella, ajena al hombre y al perro, prestando atención a vientos y suspiros lejanos, a gritos de melodrama, sonámbula, mientras el marido que podía no haber estado allí, la ayudaba a subir y bajar laa aceras. Esto no era ficción, era un hecho nuevo en una sociedad que está cambiando". (Ray Bradbury)
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