"Hace poco veía en televisión las críticas a la televisión de un ex-comisario político. Se lamentaba de que el zapping había anulado el montaje, porque ahora nadie seguía todo el desarrollo dramático del Potemkin, sino que se escapaba para ver el programa de cocina del Discovery cada dos minutos. ¿Pero es que alguien, además de Eisenstein, lo siguió alguna vez todo tal cual está hecho? ¿Acaso en un cine semicongelado de Moscú en el milnovecientos veintipico otro vio toda la película sin pensar en otra cosa? El placer estético funcionó siempre como un zapping sobre el objeto, porque toda obra de arte es siempre una obra abierta, pero no se sabe a que, ni que recombinación secreta hace el receptor para seguir disfrutándola".
Alberto Ure (director de teatro)
En su nota Un espectador cínico, incluida en el dossier El enigma del receptor ¿Quien es el público?.
Suplemento Cultura y Nación del Diario Clarín de Argentina, del jueves 19 de enero de 1995.
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