La visión borrosa de los primeros observatorios de satelitales de rayos X como el HEAO-1 y el Observatorio Einstein descubrió una especie de "Paradoja de Olbers en rayos X": un cielo lleno de emisión de rayos X en todas las direcciones. A medida que la visión de rayos X mejoró, los estudios con observatorios como ROSAT, XMM-Newton, Swift y, especialmente, el Observatorio de rayos X Chandra han resuelto la mayoría de este fondo en las emisiones derivadas de la acreción de agujeros negros supermasivos en galaxias activas individuales distribuidas por todo el espacio y el tiempo.
Sin embargo, los astrónomos creen que puede haber una fuerte contribución a este fondo de rayos X a partir de una gran población de agujeros negros supermasivos "ocultos", agujeros negros que están envueltos por nubes de gas y polvo, y que estos agujeros negros sólo pueden encontrarse gracias al poder de penetración de la emisión de rayos X de alta energía que producen. Utilizando la visión de rayos X de alta energía del observatorio de rayos X NuSTAR, los astrónomos han hecho grandes progresos en la búsqueda de estos agujeros negros ocultos.
NuSTAR es el primer satélite de observación de rayos X que puede registrar directamente la imagen del cielo en rayos X a energías muy altas, y esta capacidad es clave para la identificación de la población de agujeros negros ocultos. La imagen superior muestra una selección de las galaxias que contienen alta energía de rayos X que emiten los agujeros negros supermasivos como puntos azules, superpuestas en un campo de galaxias del Relevamiento de Evolución Cósmica del Telescopio Espacial Hubble (COSMOS). Mediante el estudio de las fuentes del fondo de rayos X de alta energía, los astrónomos son capaces de encajar las piezas en el rompecabezas de cómo se alimentan los agujeros negros y crecen con el tiempo cósmico.
Fuente: Heasarc, NASA, Picture of the week, "Background Investigation"
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