jueves, 17 de marzo de 2011

Cuando el viento sopla... ahora en Japón


El objetivo de este blog, como ustedes tal vez ya se hayan dado cuenta, es algo más que hacer humor gráfico sobre la ciencia y la tecnología. Por eso esta entrada, que creo oportuna en estos días en que se está desarrollando la terrible tragedia de Japón, tragedia que trasciende sus fronteras.

En 1986, el año que estalla Chernobyl, casi como una siniestra casualidad, se estrena Cuando el viento sopla (When the wind blows), un largometraje de animación extraordinario, que involucra todos los aspectos en torno a un desastre nuclear: ciencia, tecnología, política y condición humana. Aquí en Argentina fue proyectado en el programa Caloi en su tinta, del gran humorista gráfico argentino Caloi. La historia, el mensaje, el drama se desarrolla y se concentra en torno a una pareja de ancianos que residen en Inglaterra, y que tratarán de sobrevivir a los efectos letales de la radiación posteriores a un estallido nuclear, y lo hacen siempre siguiendo confiados los consejos, las sugerencias y casi órdenes del gobierno... en el cual confían, se ve más adelante... más que excesivamente. Y por supuesto, el viento a que alude el título es el viento nuclear.

Pero no me extiendo sobre el tema, para eso está el excelente texto que ahora les presento y que es parte de la página: http://www.edualter.org/material/pau/cuandoe.htm#nota1


Los caminos oscuros del progreso

Cuando el viento sopla es una película atípica, arriesgada y valiente. No sólo por la brutalidad con qué expone un tema tan delicado y comprometido como el de la guerra nuclear y la explosión de la bomba atómica, sino también por el hecho de tratarse de una producción de dibujos animados. Esta aparente contradicción es utilizada por el director Jimmy T. Murakami y el guionista Raymond Briggs, autor de la obra original en qué se basa la historia (1), para dar a la película su sentido último y definitivo: los dibujos y el diseño de los personajes, deliberadente estilizados e irreales pero simpáticos en todo momento, contrastan con el realismo y la contundencia de la historia explicada. Del mismo modo, la amabilidad de Jim y Hilda Bloggs se convierte, a medida que adelanta la narración, en una irritante ingenuidad, su sencillez y su buena fe derivan hacia un optimismo grotesco y casi surrealista. I es que las apariencias engañan: la vida feliz y tranquila de la pareja se va descomponiendo poco a poco, literal y metafóricamente. La bomba atómica no sólo arrassa la zona dónde viven, destruyendo todo su mundo, sino que pone de manifiesto la inconsistencia de su fe en el progreso, la absurdidad de su confianza en un gobierno que no ha movido ni un dedo para evitar la catástrofe. Murakami y Briggs van mucho más allá de una simple crítica al horror de la guerra y a la utilización de la energía nuclear y atómica, construyendo una brillante parábola del fin del mundo.

Desde este punto de vista, el matrimonio protagonista trasciende los rasgos más o menos tópicos que les caracterizan - la obsesión típicamente inglesa por tomar el te, el patriotismo, los recuerdos románticos de la segunda guerra mundial - para constituirse en una metáfora de la pasividad y la despreocupación de la sociedad frente a algunos de los principales problemas del mundo contemporáneo (2). Jim y Hilda no se plantean en ningún momento los oscuros intereses y motivaciones que en aras del progreso han llevado a su país a la situación actual, ni cestionan el papel y la actuación de sus dirigentes políticos, como si la guerra fuera un mal inevitable. Durante la construcción del refugio nuclear, la única preocupación de Jim son las diferencias entre el folleto del gobierno y el folleto municipal; Hilda, en cambio, pocos minutos antes del inicio de la guerra sólo piensa en fregar los platos. Tras la explosión de la bomba, convertidos en meras caricaturas de dos seres humanos, no pueden hacer otra cosa que mantener todas las rutinas establecidas en el mundo anterior a la guerra nuclear (tomar el té, salir al jardín, limpiar el polvo). La rutina es el verdadero motor de la acción, una acción deliberadamente monótona y teñida de un pesimismo que en determinados momentos llega a agredir al espectador: incluso ante las puertas de una muerte espantosa, los dos personajes son incapaces de abrir los ojos: siguen viviendo la mentida que han vivido toda su vida, una mentida que ha llevado al mundo a la tercera guerra mundial y a la destrucción.

Una historia real... en dibujos animados

La historia de Cuando el viento sopla se habría podido filmar más fácilmente con personas de carne y hueso: la práctica totalidad de la acción tiene lugar en la casa del matrimonio, en una zona rural alejada de las grandes ciudades. Pero la paradoja que se establece entre la crudeza de los acontecimientos relatados y la utilización de unos dibujos animados de carácter prácticamente naïf, juega en beneficio de la película, dotándola de una atmósfera opresiva y angustiosa que sería imposible de conseguir con imágenes reales.

Jimmy T. Murakami y Raymond Briggs hacen añicos el tópico que no se pueden hacer películas de dibujos animados destinadas al público adulto (o, en todo caso, pensadas tanto para el público más joven como para el público adulto). Director y guionista, en una opción arriesgada pero absolutamente coherente con sus anteriores obras y creaciones (Murakami como personalidad destacada en el campo de la animación de vanguardia y Briggs como escritor y dibujante de literatura infantil), no ahorraron esfuerzos ni recursos: la producción y realización del film fue larga y complicada e implicó la participación de un enorme equipo técnico, que se encargó de dibujar a mano las cerca de 200.000 imágenes necesarias para la película. Murakami utilizó técnicas de animación decididamente revolucionarias, que serían adoptadas después en otras producciones. Para dotar a los escenarios de la acción de una cierta perspectiva, hizo construir maquetas en tres dimensiones de la casa dónde transcurre la acción, con paredes desmontables. Estas maquetas fueron filmadas con una càmara especial mediante la técnica llamda stop-motion (fotograma a fotograma), que permitió el seguimiento, enquadramiento y panoramización de los interiores en complicados movimientos de camara, poco habituales en las películas de dibujos animados. Después, los dibujos realizados a mano fueron transformados en diapositivas y proyectados sobre las imágenes obtenidas de la filmación de las maquetas. Este proceso fue filmado de nuevo con una cámara, obteneniendo así las imágenes definitivas. Algunos de los solistas y grupos de pop y rock más destacados del momento (David Bowie, Roger Waters, Pink Floyd, Génesis) se encargaron de la banda sonora, y los prestigiosos actores John Mijos y Peggy Ascroft (Fernando Rey y Irene Gutiérrez Caba en la versión española del film) pusieron su prodigiosa voz al servicio del matrimonio protagonista.

(1) Nacido en Londres el año 1934, Raymond Briggs es uno de los dibujantes y escritores de literatura infantil más populares y reconocidos de su país. Después de estudiar pintura en la Escuela de Artes de Wimbledon, publicó su primera obra, The strange house, el año 1964 . Cuando el viento sopla, escrita en el año 1982, es su obra más conocida y ha sido traducida a diez idiomas (la versión española, a cargo de Rosa Montero, fue publicada por la Editorial Debate). volver

(2) La historia de Cuando el viento sopla, pese a estar ambientada en Gran Bretaña en una época más o menos determinada, podría tener lugar en cualquier sitio del mundo y en cualquier momento. La tensión creciente que a partir de 1947 se estableció entre los dos bloques ganadores de la segunda guerra mundial, el bloque occidental, encabezado por los Estados Unidos, y el bloque oriental, encabezado por la Unión Soviética, desembocó en una carrera armamentística que podría haber tenido terribles consecuencias para la humanidad: tras la creación de la primera bomba atómica y del bombardeo de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos (julio y agosto de 1949), países como la URSS (1949), Gran Bretaña (1952), Francia (1960) y la China (1965) probaron de construir sus propias bombas nucleares. Aun cuando no se enfrentaron de forma directa, los dos bloques se organizaron militarmente - el bloque occidental con la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en abril de 1949 y el bloque oriental con la firma del Pacto de Varsovia en mayo de 1955 - e intervinieron en varios conflictos armados y peleas diplomáticas, como la guerra de Corea (1950 - 1953), la construcción del muro de Berlín (1961) o la guerra del Vietnam (1954 -1975). Este largo periodo de tensión y enfrentamiento es conocido con el nombre de " guerra fría". volver

Imagen superior: crédito: Cuando el viento sopla

3 comentarios :

  1. Parece muy interesante la película, sobre todo en el contexto actual.

    Y lo que haces, como dices, no es hacer solamente humor gráfico, porque transmites un mensaje y haces que la gente razone, aunque parezca que sólo es el arte por el arte, pero no.

    Saludos, y a ver si pronto veo esta película.

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  2. Esa película la vimos en su día y causó bastante sensación en España. Sensacional.
    Aquí no pasaría porque no haríamos caso del Gobierno.
    Gracias por recordarnoslo.
    Ug

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  3. Yo recuerdo haber visto esta película en Caloi, como era bastante larga la emitieron en dos partes.

    Es muy buena, tendría que volver a verla.

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