"Destrukto", el virus apocalíptico que se propaga por la red y hace estragos en todo el mundo
Para algunos, señal del fin del mundo (de turno) que se avecina en diciembre, el virus no es más que otra calamidad anunciada. En la mayoría de las empresas y de los particulares las consecuencias del ataque de Destrukto fueron inmediatas, pero en el caso de las líneas de producción, los efectos se hicieron sentir cuando los productos fabricados en esos días llegaron al público peligrosamente alterados. Estas son algunas de las preocupantes consecuencias vinculadas a este grave caso:
Las gomas de la señorita Smith
La señorita Smith es famosa en San Francisco por conducir, a sus 80 años, una poderosa Harley Davidson en compañía de su gato Tom Cruise, a quien siempre lleva, junto con su equipo de tejer, en un canastito enganchado al manubrio, mientras a todo volumen no para de escuchar a Greenday, su conjunto favorito.
Hace tres días la señorita Smith le puso neumáticos nuevos a su moto. Lamentablemente, durante la fabricación de los mismos, las computadoras alteraron la dosificación del compuesto, convirtiendo a los neumáticos en hiperelásticos. Desafortunadamente, al transitar por una de las tantas calles en pendiente, frente a la imponente bahía de San Francisco, la Harley pisó un cascote. Recién después de 24 horas de infructuosa búsqueda la señorita Smith pudo ser hallada y rescatada de tres metros bajo la nieve, en la cima del Everest. Su gato Tom fue visto persiguiendo tortugas hembra en las islas Galápagos. Y su equipo de tejer cayó en un campo de la patagonia argentina, perteneciente a un tal Venettron, quien devolvió el par de agujas, pero se niega a entregar los ovillos de lanas de colores.
El rayo de la muerte
En una partida de 1000 compacteras de una conocida empresa americana, que terceriza el montaje en una empresa japonesa, que terceriza la fabricación en una empresa china, las computadoras ajustaron el laser de lectura a 10000 veces la potencia estandar. Cuando Brian, un joven usuario de Nueva York quiso escuchar el último CD editado por el conjunto "Agujero negro", el haz de lectura, irónicamente, perforó el CD, la compactera, el mantel, la mesa, el cajón de la mesa y la oreja derecha de Bob, el perro salchicha de Brian, que dormía plácidamente debajo del mueble.
El joven Brian, fanático del piercing y los tatuajes, adicto a Facebook y Twitter, fue visto la mañana siguiente en Central Park, paseando orgulloso a su perro Bob, a quien aprovechó para colocarle un arito en su nuevo agujero de un centímetro de diámetro en la oreja derecha.
Cuenta regresiva
A raíz de que debido al ataque del virus las computadoras que controlan el proceso secreto de mezcla de los ingredientes de la gaseosa cola más famosa del mundo alteraron su composición, la empresa lanzó el siguiente mensaje de advertencia a todos los medios nacionales e internacionales: "Si al tirar de la argollita, la gaseosa no hace ¡Fsssssssshhh!, láncela lo más lejos posible antes de contar hasta cinco y busque refugio, porque a la cuenta de cinco explota como una granada. Gracias".
Apenas conocido este comunicado, en muchas grandes ciudades se convirtió en fashion el juego de la "gaseosa rusa", consistente en contar hasta cuatro y recién entonces tirar la lata.
En una universidad del oeste americano, un estudiante aplazado y resentido intentó matar a su profesor con una de esas latas, que falló, haciendo ¡Fsssssssshhh! en lugar de ¡Brammmm!.
En otra universidad, pero del este, un doctor en astrofísica lanza contra la pared una de esas latas, cada vez que tiene que explicar el Big Bang.
En varios países se está considerando la posibilidad de entregar esas latas a los participantes de "Gran hermano", en un intento por hacer que pase algo, lo que sea, pero que pase algo diferente de lo que pasa siempre desde hace años.
Mientras tanto, el ejército de los Estados Unidos encargó una partida de 1.000.000 de esas latitas falladas, para ser utilizadas en eventuales invasiones a países eventualmente villanos.
La trampera
En una serie de 100 automóviles de una conocidísima marca tan ovalada como azul (justamente fundada por quien inventó la línea de montaje) las computadoras reajustaron el nivel de activación del airbag a valores de impacto extremadamente bajos. Como consecuencia de esto, una pareja que estaba del lado del volante (la dama a horcajadas) de uno de esos autos, activó con sus movimientos rítmicos y repetitivos el airbag, quedando atrapada en una posición harto comprometedora. En medio de los terribles gritos de la pareja (pero no de dolor, sino pidiendo a los canales que digitalicen sus caras para no ser reconocidos por sus respectivos cónyuges) los bomberos trataban denodadamente de sacarlos, o mejor dicho, de desacoplarlos uno del otro para después sacarlos cortando la chapa.
Un inescrupuloso diario amarillista local, tituló insidiosamente al día siguiente. "Atrapados sin salida: Pareja en trampa atrapada en trampa inflable". Gracias a Dios, en la foto que acompañaba la noticia, las caras de las atribuladas víctimas estaban digitalizadas.
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